Navidades sin un ser querido
Navidades sin un ser querido
Llegar a las fiestas navideñas nos lleva a confrontar una serie de sentimientos que son muy diversos, desde aquellos que son gratos hasta los dolorosos. El abanico es muy amplio y la forma de afrontarlos también.
En este post, queremos, desde una breve narración propia de estas fiestas navideñas, describir concretamente la tristeza de vernos sin un ser querido que ha partido y cómo afrontar su pérdida.
Recordemos que los sentimientos son interpretaciones que damos a nuestras emociones de acuerdo con las vivencias que previamente hemos tenido.
¿Cómo afrontamos la ausencia de un ser querido esta navidad?
Camino por la avenida, veo las luces, los adornos y siento el fresco del aire sobre mi piel, por alguna razón eso me lleva a recordar que esta será la primera navidad en que una persona muy importante para mi no estará. Sigo caminando y paso una película, en mi escenario interno, con muchos recuerdos de lo que vivimos a lo largo de los años. La rapidez con la que se producen estas rememoraciones me sorprende, apenas he dado unos cuantos pasos, pero me parece que he recorrido los más de 20 años de nuestra relación. Siento que debajo de mi bufanda esbozo una sonrisa triste y luego, sigo caminando, disfrutando del frio y las luces, pero sin duda, me doy cuenta de que estoy triste.
A pesar de haber llevado un buen proceso de duelo, la realidad es que será la primera ocasión en que esa persona querida no estará a mi lado. Su ausencia me entristece. Sin embargo, en mis recuerdos está su risa, su amabilidad, sus palabras de ánimo. Mi tristeza no es dolorosa, es una tristeza que me hace acompañarla de una sonrisa, una tristeza que puedo sentir gentil.
La tristeza, ¿siempre ha de ser dolorosa?
Hemos aprendido que la tristeza es dolorosa, que se sufre. A veces es como una imposición, una voz que nos dice: ¡si estás triste, debes sufrir! La tristeza no tiene que ser siempre dolorosa, aunque esto nos parezca extraño.
Si la tristeza es amarga o dulce dependerá del lugar desde la cual la miré, por lo tanto, su valor dependerá de mi historia y mi historia de la forma como la relato.
Es imposible dar a la tristeza un valor absoluto, depende de muchas cosas cómo la vivamos. Algunos simplemente huyen de ella, la ocultan con otras sensaciones aparentemente placenteras para no vivirla. Otros la viven de forma intensa a tal grado que se vuelve una acompañante destructiva de la que no pueden o no quieren deshacerse. Hay muchos otros que la aprovechan en el campo creativo y sacan partido de ella, escriben, pintan, componen música, en fin, la subliman. Pero, hay también quienes la dejan estar, la observan y la dejan fluir hasta que concluye.
Dependiendo del momento del proceso de duelo, la vivencia de la tristeza será más o menos intensa. El primer año suele ser difícil y, aun con una buena elaboración del duelo, la tristeza se incrementa en fechas significativas. Siempre hay unos primeros aniversarios, unas primeras navidades, unos primeros etcéteras.
Y tú, ¿cómo vives estas navidades?
Desde luego, cada uno sabe la forma en que lleva la tristeza por la ausencia de esa persona querida. Algunas pautas para identificar que mi tristeza es sana son:
- * Puedo reconocer que estoy triste
- * Hablo de ello con personas en las que confío
- * A pesar de mi tristeza, puedo sonreír en silencio para mí mismo(a)
- * Sé que mi tristeza es un estado que pasará
- * Soy capaz de hacer mi vida normal a pesar de mi tristeza
La tristeza es un sentimiento que podemos conocer, afrontar y superar.
Si crees que tu tristeza te arrastra a estados que no eres capaz de superar, te sugiero que busques atención psicológica profesional. En PS|CO podemos acompañarte a gestionar la tristeza y otras emociones ¡Llámanos!
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¡Gracias!
David Gilling, Psicólogo y Coach Senior, PS|CO